viernes, 10 de junio de 2011

Léopold Sédar Senghor: "Au Guélowâr"

Al Guélowâr 

Guélowâr! 
Te escuchamos, te oímos con los oídos de nuestro corazón. 
Luminosa, tu voz estalló en la noche de nuestra prisión 
Como la del Señor de la sabana, ¡y qué estremecimiento recorrió la onda de nuestra espalda curvada! 
Somos crías de pájaros caídas del nido, cuerpos privados de esperanza y que se marchitan 
Fieras de garras recortadas, soldados desarmados, hombres desnudos. 
Y henos aquí rudos y torpes como ciegos sin manos. 
Los más puros entre nosotros han muerto: no pudieron tragar el pan por la vergüenza.
Y henos aquí presos en las redes, librados a la barbarie de los civilizados 
Exterminados como facóqueros. ¡Gloria a los tanques y gloria a los aviones! 
Buscamos un apoyo, que se escurría como la arena de las dunas 
Jefes, y estaban ausentes, compañeros, ya no nos reconocían 
Y nosotros ya no reconocíamos a la Francia. 
En la noche gritamos nuestra desesperación. Ni una voz respondió. 
Los príncipes de la Iglesia se callaron, los hombres de Estado clamaron la magnanimidad de las hienas 
"¡Sí!, se trata del negro, ¡sí!, se trata del hombre, ¡no!, ¡cuando se trata de Europa!" 
Guélowâr! 
Tu voz nos dice el honor la esperanza y el combate, y sus alas se agitan en nuestros pechos 
Tu voz nos dice la República, que nosotros elevaremos la Ciudad en el día azul 
En la igualdad de los pueblos fraternos. Y nos respondemos: "¡Presentes, oh Guélowâr!"

Camp d'Amiens, setiembre de 1940.

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