Tyaroye
Prisioneros negros bien digo prisioneros franceses, ¿entonces es verdad que la Francia no es más la Francia?
¿Entonces es verdad que el enemigo le robó su rostro?
¿Es verdad que el odio de los banqueros compró sus brazos de acero?
¿Y no ungió vuestra sangre a la nación olvidadiza de su misión de ayer?
Decidme, ¿no se mezcló vuestra sangre a la sangre lustral de sus mártires?
¿Serán vuestros funerales los de la Virgen Esperanza?
Sangre sangre oh sangre negra de mis hermanos, mancháis la inocencia de mis sábanas
Sois el sudor en que se baña mi angustia, sois el sufrimiento que hace enronquecer mi voz
¡Wôi!, escuchad mi voz ciega, genios sordomudos de la noche.
Lluvia de sangre roja ¡langostas! Y mi corazón clama al azur y a la gracia.
No, no habéis muerto en vano ¡oh Muertos! Esta sangre no es agua tibia
Riega densamente nuestra esperanza, que florecerá al crepúsculo.
Es nuestra sed nuestro hambre de honor, esas grandes reinas absolutas
No, no habéis muerto en vano. Sois los testigos del África inmortal
Sois los testigos del mundo nuevo que será mañana.
¡Dormid oh Muertos! y que mi voz os acune, mi voz de furia que acuna la esperanza.
París, diciembre de 1944.
No hay comentarios:
Publicar un comentario